La historia del café y las Matemáticas.
La historia del café y de su origen no está muy clara. Al parecer data del siglo XIII, cuando unos etíopes encontraron la planta y descubrieron el valor energizante de sus granos, pero todo ello está muy confuso: ¿en qué parte de África crecía? ¿Cuándo lo usaron como estimulante?, etc. Sin embargo fue en Yemen, en Arabia, donde empezaron a tostarse los granos de café y molerlos después, para hacer una bebida parecida a la actual. De allí empezó a expandirse hacia Oriente Medio y Turquía y después hacia Italia y el resto de Europa, para pasar más tarde al resto del mundo. Todo ello viene a cuento de una entrada de un extraordinario blog de Literatura y Matemáticas italiano, Popinga, titulada La tradición de los cafés (y las matemáticas) en el que recoge esa tradición. Vamos a contarlo.
Cuenta la historia que recién comenzado el siglo XVI había ya en La Meca cafeterías, donde se reunían los hombres a tomar café, que incluso llegaron a cerrar por las críticas que se hacían en esos lugares al poder, pero ante las protestas tuvieron que volver a abrirlas. En El Cairo había en 1630 alrededor de mil cafeterías y un poco antes, alrededor de 1600, el café llegó a Europa. Los viajeros hacia Oriente traían de sus viajes los granos y la información necesaria para crear “la infusión” que mantenía a los hombres despiertos, conversando o vigilantes, sin necesidad de dormir. En principio las cafeterías eran un lugar de encuentro de negocios, de política o de ajedrez.
(Café Florian, Venecia, abierto desde 1720)
Fue en Venecia donde se abrió el primer café en Italia, allá por 1645. A partir de aquí, el estudio de todo tipo de propiedades de la planta y sus granos fue el objeto de investigación de muchos científicos: propiedades medicinales o de aplicación a la psicología. Rápidamente se extiende la costumbre de tomar café en esos locales: el resto de Italia y Viena son los siguientes. Pero el salto que más nos interesa es el del Canal de la Mancha. El café llega a Londres y Oxford. Ya en 1663 había 80 cafeterías, llegando a 3.000 en 1715.
(Ilustración de Coffee house en 1668, en Londres)
Hubo aquí, en Inglaterra, una peculiaridad: estos lugares se convirtieron en centros de difusión de la Filosofía, la Literatura y, también –sorpresivamente-, la Ciencia. La primera de ellas, en 1650, en Oxford, fue El Ángel, cuya entrada costaba un centavo con derecho a una taza de café. Se abrieron bastantes más de este tipo, las Penny Universities, que se convirtieron, casi en clases paralelas a las oficiales. Se reunían a sí los estudiosos de ideas afines, para intercambiar opiniones, contrastar pareceres o, simplemente, discutir sobre cualquier materia. Fueron así, ganado terreno frente a las otras tabernas populares donde se servía alcohol y terminaban las noches con trifulcas y peleas. El ambiente distinguido de las cafeterías –también servían té o chocolate- hizo que tanto en Oxford como ya en Londres, acudieran hombres de la Ciencia a contrastar sus teorías hasta altas horas de la noche. Así en 1652 abrió la primera cafetería en Londres un inmigrante griego: el Ángel. Al igual que pasó en EL Cairo, en Londres también intentó Carlos II clausurarlas, pero todo intento fue en vano. Las clases media y alta londinenses se lo impidieron: fue una de sus señas de identidad. Por ejemplo la Royal Society se reunía en la cafetería Grecian Coffee House(fundada en 1665), con su presidente a la cabeza: nada más y nada menos que Isaac Newton; a los que se les unía semanalmente el astrónomo Edmund Halley (¡el del cometa!).
(Coffee house hacia 1800)
Otro de los cafés frecuentado por filósofos y matemáticos fue el Coffee House de Button , donde se impartían clases de matemáticas en toda regla. El siguiente anuncio de l café de Button del 11 de Enero de 1714 decía:” Desde esta fecha habrá un curso de lecturas filosóficas en mecánica, hidrostática, neumática, óptica, … realizado por los señores William Whiston y Francis Hauksbee”.
The Old Slaudhter’s | (Primer café de Londres, 1652) |
Otro local donde se discutía sobre matemáticas y física era el Slaughter’s fundado en 1692, en el centro de Londres- St. Martin’s Lane,77-, muy frecuentado por Abraham de Moivre –amigo de Newton y Leibniz y que ¡¡predijo su muerte!!-. Se dedicaba a dar clases de probabilidad y resolver problemas de ajedrez para los clientes. A los matemáticos siempre nos han gustado las apuestas: de Moivre se ganó la vida apostando en las partidas de ajedrez. En este café se crearon, antes de su derribo en 1842, dos sociedades importantes: St. Martin’s Lane Academy, que dio lugar más tarde a la Royal Academy of Arts y la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, una de las primeras sociedades en defensa de los animales.
El último que traemos por aquí es La Marina, donde John Harris, entre 1698 y 1704 impartió un curso de Matemáticas y Astronomía, que tituló : “Description and Uses of the Celestial and Terrestrial Globes and of Collins’ Pocket Quadrant” y que tuvo mucho éxito entre los asistentes, fundamentalmente marineros.
Había más y siguieron otros. Por ejemplo en la ciudad polaca de Lwów (Hoy en Ucrania) en los años 1930-40 estaba el Café Escocés, donde Banach y Steinhaus pasaban las tardes discutiendo de matemáticas. Aquí en Sevilla tenemos un café: Bulebar Café, donde cada lunes alterno hay conferencias sobre Ciencia. Pero el encanto de estos primeros no ha podido igualarse. El encanto de los cafés (y de las tabernas) era la conversación, y eso, desgraciadamente, se ha perdido. AMJ
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