Algunos errores matemáticos llevan al desastre.
Los errores producidos por los ingenieros de la Mars Orbiter de la NASA al olvidar los cambios de unidades al sistema métrico decimal hicieron que se estrellara; el error producido por el jefe de inversiones de JP Morgan Chase, Bruno Iksil, conocido como “Ballena de Londres” al dividir, en una fórmula utilizada en inversiones en derivados, erróneamente por una suma en lugar que por la media de esa suma: ello produjo unas pérdidas de 4.400 millones de dólares.En un mundo intercomunicado y global, pequeños errores, en este caso matemáticos, pueden dar lugar a desastres económicos extraordinarios, de consecuencias imprevisibles. ¿Por qué traemos esto por aquí? Por el extraordinario artículo del Premio Nobel de Economía Paul Krugman en El País de 21 de Abril (enlace en “La depresión del Excel”) .
Se trata ahora de un nuevo error que nos está asfixiando a todos. Lo explicamos. Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff escribieron un artículo, “Crecimiento en una época de endeudamiento”, en el que afirmaban que si la deuda pública de un país superaba el 90% del PIB, el crecimiento económico caería irremisiblemente. Sólo necesitaban esto. Los guardianes de la ortodoxia ultraliberal y, por ende, de la responsabilidad fiscal tomaron esto como una verdad absoluta y se tiraron a degüello del gasto público, sobre todo en Europa. No importaba que tuviesen múltiples detractores de esa teoría hipotética. Ellos seguían erre que erre con su cantinela. Recortaban gasto: sanidad, educación, dependencia, seguro de paro,…Pero hete aquí que salta la liebre. Al parecer los autores del artículo, que por otra parte son reputados economistas de Harvard, permiten que se revisen sus postulados y ahí estaba el error. Bueno, varios errores. Pero el que traemos aquí es el error con Excel. Habían cometido un error de codificación en Excel: ya saben, introducir equivocadamente fórmulas matemáticas en las casillas de Excel. Es verdad que hay correlación entre crecimiento lento y deuda elevada pero el 90% no aparecía por ningún sitio. Sus autores lo han reconocido. Mientras que ellos admiten su error, sus seguidores miran para otro lado y el pueblo llano los ha sufrido, los sufre y los seguirán sufriendo. Y el sufrimiento no tiene vuelta atrás. No se puede poner el contador a cero. Pero tranquilos, buscarán a otros gurús a quien seguir y mantenernos en la senda que llevamos: la caída libre. De ello entienden más los físicos que los matemáticos.
Cuando el error de un matemático está en la demostración de un teorema,.. viene otro detrás que lo soluciona, y no hacemos daño a nadie. Pero en estos tiempos de globalización que corren, las matemáticas empleadas por legos o economistas que buscan determinados resultados, pueden llegar a ser armas de destrucción masiva, como estamos viendo por aquí. ¿Lo llamaremos el Excelgate?. Ya veremos. Y lo de siempre: a todos no pueden engañarnos. AMJ
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