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Federico García Lorca, Suites y la Ciencia

Federico García Lorca   fue un dramaturgo, prosista  y poeta español –el de mayor influencia del siglo XX- de la Generación del 27. De obra inmensa, tuvo también su acercamiento a la Ciencia. Hoy les traemos algunos poemas de Suites –pueden leerlo aquí, en pdf  - con clara intención  acercarse al mundo científico.  Suites es un libro que colecciona poemas sobre el mismo tema; cada poema es una especie de variación para ir profundizando en el tema que se esté tratando. Cuando murió asesinado en 1936, este libro no lo había terminado aún, a pesar que lo había comenzado en 1920. Fue publicado más adelante.

                

A pesar de su dificultad de comprensión, la teoría de la relatividad logró en España trascender los círculos científicos y filtrarse en la vida literaria.

 Albert Einstein visitó la Residencia de Estudiantes en 1923, y en ese tiempo estaba por allí nuestro poeta como alumno, por lo que pudieron conocerse, y aunque ya en el verano de  1921 escribió el poema “La selva de los relojes”, donde se encuentran  retazos de la teoría einsteniana  :

Entré en la selva

de los relojes.

 Frondas de tic-tac,

 racimos de campanas

y bajo la hora múltiple,

constelaciones de péndulos.

 Los lirios negros

 de las horas muertas,         

 los lirios negros

 de las horas niñas.

 ¡Todo igual!

¿Y el oro del amor?

Hay una hora tan sólo.

¡Una hora tan sólo!

¡La hora fría!

Esto corrobora el interés del poeta por la teoría de la relatividad y el tiempo. También se puede ver  en el poema  Meditación Primera y última :

El Tiempo

 tiene color de noche.

De una noche quieta.

Sobre lunas enormes,

la Eternidad

está fija en las doce.         

Y el Tiempo se ha dormido

 para siempre en su torre.

Nos engañan

todos los relojes.

 El Tiempo tiene ya

horizontes.

En el poema  Cúco, Cuco, cucó , (También en Suites) en una estrofa, incluye la premonitoria Letra de la Leyenda del tiempo:

  …/… El cuco va sobre el Tiempo

flotando como un velero

y múltiple como un eco. …/…

La leyenda del tiempo que inmortalizó el gran Camarón de la Isla. (Federico García Lorca, en la obra Así que pasen cinco años [1933]. Acto tercero, cuadro 1º)

   

El sueño va sobre el tiempo

flotando como un velero.

Nadie puede abrir semillas 

en el corazón del sueño.

                  

Les traemos más poemas de clara temática científica: el tiempo, Newton,...

         

NEWTON

En la nariz de Newton

 cae la gran manzana,

bólido de verdades.

 La última que colgaba

 del árbol de la Ciencia.

El gran Newton se rasca

 sus narices sajonas.

Había una luna blanca

 sobre el encaje bárbaro

 de las hayas.

              
EL ÚLTIMO PASEO DEL FILÓSOFO

 Newton

 paseaba.

 La muerte lo iba siguiendo

 rasgueando su guitarra.

 Newton

 paseaba.

 Los gusanos roían

 su manzana.

 Sonaba el viento en los árboles

 y el río bajo las ramas.

 Wordsworth hubiera llorado.

 El filósofo tomaba

 posturas inverosímiles

 esperando otra manzana.

 Corría por el camino

 y tendíase junto al agua

 para hundir su rostro en

 la gran luna reflejada.

Newton

 lloraba.

 En un alto cedro dos

 viejos búhos platicaban

 y en la noche lentamente

 el sabio volvía a su casa

 soñando inmensas pirámides

 de manzanas.     

RÉPLICA

 Adán comió la manzana

 de la virgen Eva.

 Newton fue un segundo Adán

 de la Ciencia.

 El primero conoció

 la belleza.

 El segundo un Pegaso

 cargado de cadenas.

 Y no fueron culpables.

 Las dos manzanas eran

 sonrosadas

y nuevas

 pero de amarga

 leyenda.

 ¡Los dos senos cortados

 de la niña inocencia!           

PREGUNTA

 ¿Por qué fue la manzana

 y no

 la naranja

 o la poliédrica

 granada?

 ¿Por qué fue reveladora

esta fruta casta,

 esta poma suave

 y plácida?

 ¿Qué símbolo admirable

 duerme en sus entrañas?

Adán, Paris y Newton

 la llevan en el alma

 y la acarician sin

 adivinarla.             

ESPIRAL

Mi tiempo

avanza en espiral.

 La espiral limita mi paisaje,

 deja en tinieblas lo pasado

 y me hace caminar

lleno de incertidumbre.

¡Oh línea recta! Pura

 lanza sin caballero.

 ¡Cómo sueña tu luz

mi senda salomónica!

 

 

MUNDO

 Ángulo eterno,

 la tierra y el cielo.

 Con bisectriz de viento.

 Ángulo inmenso,

el camino derecho.

 Con bisectriz de deseo.

 Las paralelas se encuentran

 en el beso.

 ¡Oh corazón

 sin eco!

 En ti empieza y acaba

el universo.

       

ECO DEL RELOJ

 Me senté

 en un claro del tiempo.

 Era un remanso de silencio,

de un blanco

 silencio.

 Anillo formidable

 donde los luceros

 chocaban con los doce flotantes

 números negros.

         
 ABANICO

 El zodíaco

de la suerte

 se abre en el abanico

rojo, amarillo y verde.

 En la selva de los números

 la niña se pierde

 con los ojos cerrados.

 ¿El cuatro? ¿El cinco? ¿El siete?

 Cada número guarda

 pájaro o serpiente.

 «Sí», dice el cuatro.

 «No», dice el veinte.

 El dedo de la niña

 sobre el cielo de la suerte

 pone la estrella

 de más rico presente.            

Federico García Lorca, otro intelectual español víctima de la barbarie ¡Cuanto nos hubiera legado! AMJ

No me resisto a colocar este vídeo de La Argentinita cantando unas Sevillanas del siglo XVIII, rescatadas por Federico G. Lorca y acompañadas por él mismo al piano -¡¡polifacético que era él!!-:


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