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Santa María del Fiore, Florencia, una joya medieval matemática.

La Basílica de Santa María del Fiore es la catedral de Florencia y una obra maestra de Gótico y primer Renacimiento italiano. La capital toscana, rica y poderosa en los siglos XIII y XIV, quiso superar a sus rivales regionales: Pisa y Siena. Diseñada en 1296 por Arnolfo di Cambio, tardó 170 años en construirse. La cúpula -una obra arquitectónica única- fue la que tardó más -para los florentinos el "cupolone"-.

El último concurso para su ejecución lo ganó Brunelleschi-un dominador de las matemáticas y la perspectiva lineal-: un diseño octogonal con doble emparedado (desconocido hasta el momento). Su construcción pesa 37.000 toneladas y fueron utilizados más de 4 millones de ladrillos. Fue la primera cúpula octogonal construida sin el soporte de un marco de madera. El tejado cónico fue terminado en 1469, con una capa  de cobre y una cruz –con reliquias-. Fue sustituida por otra más grande, en 1601, después de haber sido destruida por un rayo. Tiene una altura de 100 metros (interior) y 114,5 (exterior); 45,5 metros de diámetro exterior y 41 de diámetro interior. La cúpula es uno de los monumentos considerado como perfecto. Lo cierto es que en esa cúpula también trabajó Leonardo da Vinci -¡cómo no!-. Lo contamos. Leonardo, con 19 años, trabajaba con Verrocchio, que había recibido el encargo de Brunelleschi de construir y colocar una esfera de cobre, de 1800 kilos de peso y 2 metros de diámetro en la parte más alta de la linterna de la Catedral -a más de 100 metros del suelo-. Leonardo creó el proyecto para elevar la esfera hasta arriba.

                                 

                                                                                    (Dibujo de L. da Vinci)

Plan of Santa Maria del Fiore: the meridian line inlayed in the floor of the Chapel of the Cross.Cross section of the presbytery of Santa Maria del Fiore: the sunbeam at noon of the summer solstice (IMSS Multimedia laboratory)

Hasta 1887 no se terminó la fachada neogótica, en mármoles rojos, verdes y blancos; después de múltiples intentos por hacer una portada acorde a su importancia. La catedral, construida formando una cruz latina, presenta unas dimensiones enormes. Toda ella es una joya medieval: sus esculturas, pinturas, ventanas, rosetones,  vidrieras,…la conforman y participaron los arquitectos y artistas  más importantes de la época y algún que otro matemático-Toscanelli-.

El pavimento de la Basílica es una joya matemática. Las teselas en mármol policromado fueron diseñadas por Baccio d’Agnolo    elaborando un suelo “cosmatesco” -nombre proveniente de la familia de artesanos Los Cosmati-, llenando el templo de geometría, de bella geometría. Toscanelli, matemático él, ayudó a la construcción de la cúpula –a sus cálculos-, y construyó un gnomon –aún puede verse- para efectuar distintos cálculos astronómicos: horas del día, los puntos del solsticio,… incluso para cálculos cartográficos. Vean el vídeo del día 21 de Junio:  El rayo de sol se coloca en el suelo encima de la losa circular.

 

El reloj mantiene la “hora itálica”: el día dividido en 24 horas y una sola agujay otra peculiaridad: está dentro de la basílica; en vez de colocarlo en la fachada exterior de la iglesia, el obispo mandó colocarlo en lo alto de la nave central: ¡¡sería para que los florentinos entraran en la iglesia, aunque fuese para mirar la hora!! La hora itálica traía al relojero por la calle de la amargura. La hora 24 corresponde a la puesta de sol -no a la medianoche, como ahora- ; como la puesta de sol es cada día a una hora distinta, el relojero tenía que cambiar la hora: más de uno se descalabró con esas prisas, al ver la puesta de sol, corriendo a poner las 24 hors. ¡Qué lío!.

         

Lo cierto es que la magnitud de la obra de arte es tal que escapa a los derroteros de este blog, que estudia las influencias matemáticas en ella, y que como vemos, son innumerables. Sus constructores dominaban conocimientos matemáticos  y de ingeniería  a la altura de los artísticos. Sin duda.

En un próximo viaje a Italia no dejen de verla: disfruten de ella y de cuanto encierra, que no es poco.  Si pueden, suban los 463 escalones, y saquen la cabeza a 107 metros de altura y vean Florencia de otra manera; en la subida ver de cerca los frescos de la cúpula, de Vasari: una maravilla. No se arrepentirán. AMJ

Vean esta animación sobre la construcción de la cúpula:

O vean este vídeo sobre las excelencias de la Basílica:


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