Ernesto Sábato y la demostración de un teorema.
«La primera vez que asistí a la demostración de un teorema, sentí que entraba en un universo perfecto y transparente; del Caos ingresaba al Orden. Aunque no lo podía saber entonces, acababa de descubrir el universo platónico, perfecto, incorruptible y eterno, ajeno a los horrores de la condición humana; e intuí que esos teoremas eran como majestuosas catedrales, bellas estatuas en medio de las derruidas torres de mi adolescencia».
AMJ
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