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Matemolivares

Fernando Ortiz, adiós a un poeta verdadero.

Hoy 29 de Enero ha muerto en Sevilla Fernando Ortiz, a los 67 años de edad, uno de los grandes poetas del final del siglo XX en lengua castellana. Enfermo desde hace años –y sabemos de ello, por su compañera y nuestra, de fatigas profesionales-, su poesía alcanzó un grado sublime. Envejeció el poeta y mejoró la solera, como los buenos vinos. Cada vez escribía mejor, y lo hacía en verso. Aunque crítico –bastante reputado-, ensayista y articulista, la poesía fue el vehículo de sus vivencias. Múltiples vivencias desde su infancia en el Aljarafe querido (Vean el último post- de hace tres días- en su blog personal Apuntes y reflexiones ) hasta su paso por Madrid para estudiar Ciencias Políticas o por TVE para corregir guiones. Sobre sí mismo apuntabah, mejor que nadie, en Autorretrato:

No quise ser torero, militar ni abogado.
Y, como nada quise, en nada me he quedado.

Al fin, frente a mi sueño, las ruinas, los escombros
nunca más me dejaron alzar firmes los hombros.
Ahora ya no espero, ni pienso, ni creo en nada
sino en esa oscura ave que ha de venir al alba.
Y, cuando yo me aleje por la esquina del tiempo,
habrá siempre algún mirlo silbando de contento.

También decía que escribía cuando estaba obsesionado (“La poesía es una obsesión”), y que cuando descargaba sus frustraciones, obsesiones,… en el poema, automáticamente se liberaba de ellas. Del soneto Los mismos dados, terminaba haciendo un elogio de la Probabilidad:

Siempre jugamos con los mismos dados
ese juego que no gana ninguno.
Ni éste, ni ése ni siquiera aquél.

Publicó más de 20 libros de poesía y una última recopilación de su poemario; ensayos y articulista en El País, El Mundo, Diario de Sevilla,.. además de conseguir varios premios de poesía. Para ver más, consulta   pendientedemigración.com  o scielo.org.ar o una antología de su obra en abelmartin.com .

   
   
  

Publicó un libro en la red Miradas al último espejo  donde recoge los recuerdos de las personas y lugares que forman parte de su existencia, el paso de la vida, el tiempo  y sus efectos en lo cotidiano y en su alrededor. Muy bello y emocionante

 El tiempo fue una constante en su poesía, una obsesión quizás- parece que la misma que Einstein -:

El cochecito del tiempo
es un coche singular.
Porque de fábrica viene
sin frenos ni marcha atrás

 Y en otro poema escribe, igualmente sobre el tiempo:

“Ver cómo pasa el tiempo./

¿Qué otra cosa hará uno?/

Ya sé yo dónde vivo,/

lo que aquí da el futuro.”

         
      

 Aficionado al flamenco – y a los toros: Rafael de Paula fue también una afición-, le dedicó un soneto al pianista flamenco Pepe Romero, titulado Fábula a José Romero  , y escribió estas soleares, para enmarcarlas:

MENTIRAS POR SOLEARES

Esas que llaman verdades
van y vienen y se olvidan
como olitas de los mares.

La Verdad es como es.
La oyes cantar en el sueño
de antes del amanecer.

Suena en el sueño una voz
que te avisa que despiertes
dentro de tu corazón:

Busca siempre la Verdad.
Porque Verdad sólo hay una.
Y luego están las demás.

 

 Terminamos con su poema El colegio:

“Qué alegre el cruzar la calle/al colegio de Maristas./Y en su patio grande, grande/qué bien se salta y se brinca./Pececitos de colores/allí en un estanque había./Blancas las paredes donde/brilla la azulejería./Y al terminar el recreo:/“Suba usted a la tarima/y abra el libro de lecturas”./Fonte frida, fonte frida...Mio Cid y el Conde Arnaldos,/moros de la morería,/qué valientes caballeros/y qué triste Degaldina./Y un niño manoteando,/recitando en la tarima,/las viejas, vivas palabras,/fonte frida, fonte frida.”

 Desde aquí y sin el espacio que se merece, descanse en paz y nuestro más sentido pésame a su compañera Lola y a su familia. AMJ

2 comentarios

Matemolivares -

Llevas razón. La palabra obsesión puede ser elevada.¡¡Ya está corregido!!

gmrmd -

Rafael de Paula no fue una obsesión, era aficcionado a los toros y le gustaban,no le obsesionaban