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Matemolivares

León Tolstoi, una obra impregnada de Matemáticas.

León Tolstoi (1828, 1910) fue un novelista ruso, considerado como uno de los más grandes escritores de la literatura mundial. Sus obras más representativas: Ana Karenina y Guerra y Paz, pueden considerarse como el súmum del realismo. Su postura no violenta  expresada en sus libros –El reino de Dios está con vosotros- impactó en otros pacifistas mundiales como Gandhi o Luther King.  Se trató quizás de un ¿anarquista católico?

  

En Guerra y Paz, donde hay más de 500 personajes,  la matemática  es utilizada como metáfora. Los movimientos de masas, con los que conviven los protagonistas, se convierten en infinitésimos y, ya sabemos, la suma infinita de ellos: la integral. Y escribe: Cualquier deducción histórica, al margen de toda crítica, se desvanece como el polvo, sin dejar rastro, si ese trabajo escoge como objeto de estudio una unidad discontinua de tiempo mayor o menor, cosa a la que tiene perfecto derecho, ya que la unidad histórica analizada es siempre arbitraria. 

Sólo tomando para nuestra observación la unidad infinitesimal como diferencial de la historia, es decir, las aspiraciones homogéneas de los hombres, y consiguiendo el arte de integrar (sumando los infinitesimales) podemos llegar a comprender las leyes de la historia.

     

  Y siguiendo en ese libro demuestra que  ¡¡Napoleón era el diablo!!:

Las letras del alfabeto francés, como los caracteres hebraicos, pueden expresarse por medio de cifras, y atribuyendo a las diez primeras letras el valor de las unidades y a las siguientes el de las decenas, ofrecen el significado siguiente:


Escribiendo con este alfabeto en cifras las palabras ‘le empereur Napoleón’, la suma de los números correspondientes daba por resultado 666.

 En sus Memorias escribe: “Ingresaré en la facultad de Matemáticas, y no ocultaré que si he elegido esta rama de la ciencia, ha sido tan solo por la fascinación que ejercen en mí las palabras: integrales, diferenciales, tangentes y otras del mismo estilo”.  Esta fue su intención, pero no terminó sus estudios de esta Ciencia, pero en su obra  sí ha quedado patente.

    

 En su libro La escuela de Yásnaia Poliana relata sus experiencias pedagógicas en esta escuela y  escribe: “El maestro está siempre llevado involuntariamente a escoger para él el procedimiento de enseñanza más cómodo. ¡Cuanto más cómodo es este procedimiento para el maestro, más incómodo es para los discípulos! Sólo es bueno aquel que satisface a los alumnos.”

 En Ana Karenina (2ª Parte Cap.VI) se establece el diálogo:

"-La mujer, amigo mío, es un ser que por más que lo estudies te resulta siempre nuevo."

"-Entonces vale más no estudiarlo."

"-¡No! Un matemático ha dicho que el placer no está en descubrir la verdad, sino en el esfuerzo de buscarla."

 

 También se le atribuye la frase: Un hombre es como una fracción cuyo numerador corresponde a lo que él es, en tanto que el denominador es lo que cree ser. Cuanto más grande es el denominador, más pequeña es la fracción.

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 Un gran escritor que plasmó en su obra todos sus conocimientos matemáticos – enseñó matemáticas en su escuela para campesinos- para convertirla en imprescindible en la literatura universal. AMJ

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