La tangente de León Felipe.
El 18 de Septiembre murieron dos grandes: León Felipe (en 1968) y Leonard Euler (1783), de la poesía y de las matemáticas, respectivamente. Traemos hoy aquí a un poeta español, muerto en el exilio, en México, profundamente anticlerical, que al ver las atrocidades del nacional catolicismo durante y después de la guerra civil española, optó por irse de España y como tantos otros, recaló en México, al que España no saldará su deuda contraída con ese país hermano por su extraordinaria acogida a exiliados y represaliados del franquismo.
Poeta atípico y casi olvidado, con una vida llena de aventuras y peripecias –se licenció farmacéutico, recorrió el país de cómico en una compañía de teatro, llevó una vida bohemia, de ahí su fracaso matrimonial, encarcelado tres años por desfalco, administró hospitales en Guinea Ecuatorial durante tres años, bibliotecario en Veracruz, profesor de Literatura, agregado cultural de la Embajada de España (de la República) en México,…- recaló en nuestro país hermano México del que escribió: "Llegué a México (por primera vez) montado en la cola de la revolución. Corría el año de 1923. Después, aquí he vivido por muchos años: Aquí he gritado, he sufrido, he protestado, he blasfemado, me he llenado de asombro…”.
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La reivindicación como poeta “mayor” tiene cada vez más partidarios y su obra poética es más que extensa y de alta calidad. En sus poesías nos habla de la manipulación de Dios –y esto le molesta bastante-, de la justicia, del llanto, del hombre,… y en algunos también de la Ciencia, como este que le traemos hoy aquí: La tangente.
¿Y la tangente, señor Arcipreste?...
¿El radio de la esfera que se quiebra y se fuga?
¿La mula ciega de la noria, que un día, enloquecida, se liberta del estribillo rutinario?...
¿La correa cerrada de la honda, que se suelta de pronto para que salga la furia del guijarro?...
¿Esa línea de fuego tangencial que se escapa del círculo y luego se convierte en un disparo?
Porque el cielo... Señor Arcipreste, ¿sabe usted?,
No hay arriba ni abajo...
y la estrella del hombre
es la que ese disparo va buscando,
ese cohete místico o suicida, rebelde, escapado...
De la noria del Tiempo
como el dardo,
como el rayo,
como el salmo.
Dios hizo la bola y el reloj: la noria dando vueltas y vueltas sin cesar,
y el péndulo contándole las vueltas, monótono y exacto...
El juguete del niño, señor Arcipreste,
¡el maravilloso regalo!
Pero un día el niño se cansa del juguete y se le saca las tripas y el secreto
como a un caballito mecánico,
como a un caballito de serrín y de trapo.
Es cuando el niño inventa la tangente, Señor Arcipreste,
la puerta mística de los caballeros del milagro,
de los grandes aventureros de la luz,
de los divinos cruzados de la luz, de los poetas suicidas, de los enloquecidos y los santos
que se escapan en el viento en busca de Dios para decirle
que ya estamos cansados todos, terriblemente cansados
de la noria y del reloj,
del hipo violáceo del tirano,
de las barbas y las arrugas eternas,
de los inmóviles pecados,
de este empalagoso juguete del mundo,
de este monstruoso, sombrío y estúpido regalo,
de esta mecánica fatal, donde lo que ha sido es lo que será
y lo que ayer hicimos, lo que mañana hagamos.
Sus poemas han sido cantados por los grandes, y de ello tenemos una muestra:
Juan Manuel Serrat le cantó el poema Vencidos y Paco Ibáñez Como tú:
Y sobre el escepticismo escribió este extraordinario Sé todos los cuentos:
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
Magistralmente cantado por Aguaviva en 1970.
Biografías en Wikipedia y en IVOOX o el poema Romero sólo, en su propia voz.
Sin duda uno de los grandes. AMJ
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