Las matemáticas cerveceras y el IBU.
En estos tiempos que corren, con tanto calor (sobre todo aquí en el sur) hay una bebida que consumimos (siempre moderadamente) como un refresco: la cerveza.
Pero hete ahí que cuando nos acercamos a ellas son ¡casi todas distintas! Unas más claras, otras más oscuras, unas más ácidas que otras, otras más o menos densas, unas más dulces, otras más amargas,….Pero ¿dónde está todo ello medido? Pues después de consultar anda por ahí un “artefacto” matemático llamado el IBU (International bitterness unit, por sus siglas en inglés) que podríamos traducir como el índice de amargor internacional, nos mide el amargor de la cerveza ¡Cuánto mayor sea este índice más amarga estará la cerveza! Todo ello viene dado por la fórmula
donde H es la concentración de lúpulo en gramos por litros y A y B son los porcentajes de las concentraciones de los ácidos alfa y beta en el lúpulo, respectivamente.
Los índices donde se mueve el IBU varían, como no podía ser de otra manera, y dependen del lúpulo utilizado, de los gustos del público,…Así las lagers americanas tienen un IBU entre 8 y 12, la Bud y la Heineken (pilsener) de 35 a 40 IBU llegando en el caso de las pale ales inglesas hasta los 45 IBU. En medio, alrededor de 16, están casi todas las españolas, que son las más consumidas, ¡bastante ligeritas ellas!
De todas maneras las hay que tienen más de 100 IBU. Incluso los cerveceros europeos tiene también un EBU, un índice de amargor europeo: recuerden aquello de “divide y vencerás”. ¡Quizás todo ello para despistar al consumidor!
Tratándose de información las hay por todos lados. Incluso en el portal cerveteca-jab podemos encontrar una tabla periódica por procedencia de la cerveza e información detallada de todo lo relacionado con ella(entre otras cosas el IBU), que para ello es un medio especializado(pinchar sobre la tabla para aumentar su tamaño):
Incluso los entendidos nos dicen que el índice IBU tampoco aporta exclusivamente el valor respecto del sabor de la cerveza, sino que habrá que tener en cuenta también la cantidad de malta utilizada en la elaboración (de ahí que la apreciación del amargor en las cervezas negras en comparación con las claras varía incluso con distintos IBU. Parecen menos amargas).
Ya teníamos aquí en este blog, Matemolivares, algunas entradas relativas a la cerveza: el estudio del proceso de elaboración de la cerveza de calidad y el “descubrimiento” de la t de Student y John Snow, la medicina, las matemáticas y la cerveza.
En fin, todo parece muy complicado pero no teman: lleguen a la barra, pidan una caña fresquita y disfruten. Los entendidos y amantes de esta bebida seguro que ya saben casi todo esto. Para información completa ver bancodecervezas.blogspot.com o cerveteca-jab. AMJ
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