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La formación en V: ¡Qué matemáticas son las aves!

Diariamente vemos aves, en distintas formaciones,  pasar encima de nuestras cabezas. Por aquí son todas aquellas que se dirigen al Coto de Doñana. Algunas de ellas, como los flamencos de la Laguna Fuente de Piedra,en Málaga, se desplazan hasta la provincia de Huelva, diariamente, para alimentarse en las marismas. Y claro acuden en una formación adecuada a su porte y fortaleza. 

Formacion de Flamencos
 Pero, claro, la pregunta es, las aves migratorias que tienen que recorrer miles de kilómetros hasta llegar a sus destinos, ¿cómo economizan energía? Esa es la pregunta que tratan de resolver en un estudio publicado en la revista Nature  . Se sabe que la formación de las aves sigue unas pautas precisas, un mecanismo inteligente que les lleva a soportar jornadas extenuantes, en las que se juegan la vida. Un ejemplo claro en el deporte es en el ciclismo. En las jornadas de viento –o incluso en una cualquiera- la disposición de los ciclistas detrás del que ocupa el primer lugar les hace que el pedaleo y el esfuerzo, por consiguiente, sea mucho menor. Basta  que se vayan intercambiando para que el esfuerzo sea compartido. De otra forma es prácticamente imposible hacer esas jornadas maratonianas.
Pero las aves lo tienen peor, porque tiene que batir las alas para avanzar y ello han de hacerlo de una forma acompasada para que el aire fluya entre ellos. La Física –la Aerodinámica, más bien- sentencia que si tod ello lo hacen con ajustes precisos, la energía que ahorran es mucha. Como todo en la vida, también estas teorías tienen sus detractores; pero un equipo del Royal Veterinary College de Londres, dirigido por Steve Portugal,  sostiene y prueba que las aves están hechas ¡¡unas matemáticas de cuidado!!: optimizan el aleteo, precisan su posición y acompasan su cadencia y frecuencia para ser más eficientes en el ahorro de energía.
Cuando un pájaro vuela crea unas turbulencias, que el que le sigue debe evitar y sincronizar sus batidos de las alas  para aprovechar el flujo inducido y lograr así la eficiencia (ventaja) aerodinámica y el consecuente ahorro de energía(Ver una exposición muy detallada de este efecto en aves y aviones en Naukas:  Por qué vuelan las aves en formación en V). Decimos que lo han probado pues el estudio realizado en el Ibis calvo del norte, criado en cautividad- en este caso en Viena-, a los que le han colocado GPS para seguir sus movimientos y les han enseñado las rutas migratorias utilizando ultraligeros, les han medido las distancias entre ellos, las frecuencias de sus aleteos, etc.
Por todo ello el estudio, en tiempo real, aporta unos datos de mucha fiabilidad, además de certificar que las aves tienen una capacidad, llamaríamosle superior, de sentir  las turbulencias del aire creadas por sus compañeros de vuelo y “usarlas” para ahorro de energía propia. Los patrones de vuelo son más complejos que los que se suponían hasta ahora; el registro de todos sus movimientos “en directo” ha permitido demostrar esta capacidad innata de las aves. O tal vez el Ibis- y otras aves- tiene esa capacidad matemática –competencia, diría yo- para efectuar todo ello con la precisión y minuciosidad requerida. Terminemos con el vídeo de los científicos –padres del estudio- explicándonos todo el proceso.

 

 Desde luego que todos los días conocemos algo nuevo, y las matemáticas por medio. AMJ

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