La enseñanza mutua o método lancasteriano.
(Grabado del siglo XIX en París, museo de Carnavalet)
La educación mutua es una pedagogía desconocida. Sin embargo, la clase mutua existió en los siglos XVIII y XIX. Ella fue totalmente marginada en Francia después de 1833, a raíz de una decisión del entonces Ministro de Educación, François Guizot.
Un solo maestro podría enseñar de 200 hasta 1000 niños. Los alumnos eran divididos en pequeños grupos de diez; cada grupo recibía la instrucción de un monitor o instructor, que era un niño de más edad y más capacitado, previamente preparado por el director de la escuela.
La idea clave del sistema Lancasteriano (Debido a Joseph Lancaster) fue que el niño debía ser constantemente activo. No se aburría, porque siempre estaba aprendiendo algo del monitor en su pequeño grupo. Lancaster insistía en que “cada niño debe tener algo que hacer a cada momento y una razón para hacerlo". Llegar a este objetivo significaba un complicado sistema de registro del movimiento de cada alumno de una clase a otra. Los libros de asistencia de los maestros de las escuelas municipales muestran a que clase de lectura, escritura, aritmética y doctrina cristiana y civil habían sido asignado cada alumno, y como había ido progresando en cada clase. Se podía estar, al mismo tiempo, en un grupo avanzado de lectura, en uno mediano de escritura y otro elemental de aritmética y doctrina. Con el sistema lancasteriano cada clase, con su maestro o monitor se regía individualmente. De este modo, los progresos no se miden de acuerdo a plazos pautados gradualmente.