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Miguel Berrocal, escultor, malagueño universal y artista matemático y exacto.

  

Miguel Ortiz Berrocal, un grande entre los grandes. Un artista matemático y exacto.

Estos días está en la prensa  Miguel Berrocal  por el interés que muestra el Momath (Museo de Matemáticas de Nueva York) por su obra. Se trata de organizar una exposición del escultor en el Momath, interés mostrado después de haber recibido una donación por parte de un coleccionista  estadounidense.

 

Monumento a Picasso, Málaga.

Pero pasemos a ver quién es este escultor. Se trata de un andaluz y como se dice que “nadie es profeta en su tierra”, es verdad que Berrocal tuvo que irse fuera de España para triunfar. Contemos un poco de su vida. Nace en Villanueva de Algaidas, provincia de Málaga, en 1933, hijo del médico del pueblo, fue enviado a Madrid, con 7 años, con su familia para que estudiase. Cuando le dijo a su familia que quería pintar se “llevaron las manos en la cabeza”. El pacto se veía venir: Pintar no, pero medicina tampoco. Así que se decidió por la arquitectura. Para ello necesitaba una buena base matemática. Para ello se matriculó en Ciencias Exactas y las cursó durante dos años (“Sin las matemáticas no hubiera creado mis esculturas”, decía de vez en cuando  ).

  

 

 

 

Aunque habían sido su “bestia negra”, descubrió que fue la enseñanza de esas matemáticas agrias, duras, distantes,…las que le habían alejado de ellas. Fue un catedrático quién le trasladó el lenguaje fácil de las matemáticas –como a muchos de nosotros, siempre hubo alguien que nos inoculó el virus del placer matemático- y ello contribuyó a su visión de la realidad, su visión matemática de la realidad, que plasmó en su obra.

 

 

 

Se fue a París –donde conoció a Picasso- y trabajaba en un estudio de arquitectura –donde diseñó los 128 balcones de la Cámara de Comercio de Carrara    aplicando matemáticas: eran todos diferentes- y ganó tanto dinero, que Le Corbusier –¡ahí es nada!- le diseñó una casa que se hizo en las afueras de París. Aprendió de Lipchitz –el escultor americano- la fundición industrial y el gusto por las piezas pequeñas –el tacto era fundamental para este artista-(Ver entrevista en divulgamat ). De ahí un nuevo tipo de escultura. La de las piezas pequeñas y la de un escultor hecho a sí mismo: No pudo aprenderlo de nadie. Probando y errando, pero cada vez menos, hasta que encontraba la solución. Un científico puro. Exacto.

         
Berrocal con Dalí.
       
 Retrato de M. Berrocal, de Andy Warhol  

 

Fuente en Málaga(El Limonar), representando un bodegón picassiano

Termina en la década de los sesenta instalándose en Italia,  en Verona, donde tenía su estudio y donde llevó, a su fundición, a todo lo más granado del arte escultórico contemporáneo: Miró, Dalí, Magritte,… y donde permanece hasta 2004, cuando vuelve a su pueblo natal, Villanueva de Algaidas –“había tragado mucho frío y humedad en esa fría Italia y necesitaba calentar sus huesos”- donde continua trabajando y catalogando su obra; 2 años más tarde muere en Antequera, en 2006.


Su obra escultórica tiene una característica que la hace distinta: la escultura desmontable y combinatoria. Se desmonta para  mostrarnos su parte oculta. Algo excepcional. Para no parecer excesivamente geométrico, toma figuras antropomórficas. Pero no puede evitar –ni lo pretende- la constante presencia de arquitectura y matemáticas en su obra: su formación deja huella. Esa minuciosidad de relojero es una virtud matemática del artista –y de su formación- y la complejidad de la realización de cada obra, le empuja a hacerlas seriadas: igual que los pintores. Así crea obras que se repiten en distinta dimensión, con elementos nuevos, y combinados de forma diferente. 

La mezcla de arte, ciencia y tecnología le llevó a experimentar con materiales nuevos y técnicas no empleadas antes. Esa es la genialidad. Berrocal crea obras únicas, basadas en principios matemáticos o físicos y dotándolos de una belleza inigualable. Un genio. Un genio andaluz, que vino como los elefantes, a morir en su tierra, después de haber triunfado por el mundo y haber dejado una obra casi insuperable. Otro malagueño universal, como Picasso o los adoptivos de Málaga Severo Ochoa o Vicente Aleixandre. Sus obras forman parte de Museos de todo el mundo e igualmente ha realizado numerosas exposiciones en Europa y América.

("Toreros y Guerreros" en una exposición en la Plaza Nueva(Sevilla)).

En 2007 se crea la Fundación Escultor Berrocal y se proyecta un museo Berrocal, en su localidad de nacimiento, para la cual hay un numeroso conjunto de esculturas, que el artista había dejado para ello.

 Pueden enlazar con la Casa-Museo y  el Estudio-taller.

Sin duda estamos ante un genio. En otros países hubiese sido –en vida- una figura de relieve nacional. Que lo era, no solo nacional, sino internacional. El mismo André Malraux, Ministro de Cultura francés en 1968, lo nombró “Caballero de las Artes y de las Letras". Por aquí, ni caso. Ni apenas un triste homenaje. Nada. Así nos va con la cultura. Con la Ciencia. Porque el genio supo aunar Ciencia y Arte, Arte y Ciencia, como nadie. ¡¡Y tanto que lo consiguió!! ¡Y nosotros que se le agradecemos! AMJ

File:Miguel Ortiz Berrocal Jardíns de Cap Roig.jpg

("Almudena", en Calella de  Palafrugell)

            

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