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Porqué la matemática sirve para explicar el mundo?

Porqué la matemática sirve para explicar el mundo?

logo555.gifEn un congreso de Filosofía de la matemática en mi ciudad, cuando las ponencias habían terminado a modo de cierre se pasó a un coloquio con el público asistente. Estos momentos suelen ser muy interesantes, porque surgen preguntas e ideas que a uno no se le hubieran ocurrido, se oyen nuevas formas de ver las cosas...en fin; que suele ser provechoso.
Un catedrático de física de esa universidad hizo una simple pregunta: ¿Porqué la matemática es tan buena a la hora de explicar el universo?

Recuerdo perfectamente que en esa ocasión pensé que esa pregunta ya me la había hecho, y que me la había respondido. La pregunta fué hecha induciendo a pensar que había "algo" oculto, que se nos escapaba. Algo desconocido, una especie de conexión con la verdad, que hacía que la matemática fuera milagrosamente útil en la tarea científica de explicar el mundo.
Yo no puedo estar de acuerdo con todo eso. Creo que la respuesta a la pregunta es tautológicamente sencilla, y que no hay paradoja ninguna. Vayamos por partes.

1. La matemática no explica el mundo.

Nunca una teoría matemática pura podrá decirnos nada del universo real. La ciencia trabaja con modelos del mundo, y esos modelos se tratan matemáticamente. Una teoría física tiene siempre unas premisas no matemáticas que son las propiedades del modelo. La matemática sirve para estudiar el modelo, no la realidad. Si el modelo es bueno, las conclusiones serán refrendadas por la observación del mundo, y en caso contrario, refutadas.

2.- La matemática estudia los modelos

La única ciencia que no estudia el mundo es la matemática. Estudia los modelos ideales. Al ser estos las herramientas básicas del método científico, es inmediata su utilidad para explicar el mundo.
No hay más misterio en mi opinión. La belleza e importancia de la matemática no está en propiedades escondidas ni misteriosas; está en otro lado. Por cierto, no tengo muy claro dónde está pero soy perfectamente capaz de sentirlo. Otro día hablaremos de ello.  Tio Petros.
04/04/2010 13:45 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.

Premios al talento español

El genetista y biólogo molecular madrileño Francisco J. Ayala ha recibido el premio Templeton, el galardón anual con mayor valor económico del mundo, dotado con más de un millón de euros. Su vigorosa defensa del conocimiento científico frente a la intromisión de la religión, junto a su demanda de un respeto mutuo entre ambas esferas, le han hecho merecedores de este premio.

Ayala, de 76 años, considerado una autoridad internacional en evolución molecular y genética, ha dedicado más de 30 años a destacar la diferencia entre la ciencia y la fe, y el daño que se hace a ambas cuando se las mezcla y confunde.

En este sentido, el científico español, catedrático de la Universidad de California en Irvine y ex presidente de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), fue un testigo experto esencial para que el estado de Arkansas declarara inconstitucional la ley que imponía la enseñanza del creacionismo junto a la de la evolución de las especies. Ayala fue asesor científico del presidente Bill Clinton y en 2001, el presidente George W. Bush le concedió la Medalla Nacional de la Ciencia.

Por su parte, un desempleado español, Frederico Teixeira de Sampayo, ha ganado el premio My World de la BBC británica con su corto Lavar, enjuagar y centrifugar (el vídeo de arriba). Tras la aparente neutralidad de un tambor de lavadora dando vueltas y a su dueño reflejado de forma distorsionada se esconde una amarga reflexión sobre la situación de los parados en España. “Este soy yo en el momento más productivo del día”, sentencia. Y también una dura crítica a todos los políticos del país, que lavan “sin vergüenza su ropa sucia”, según otra de las demoledoras frases que acompañan las imágenes.

El jurado ha valorado la creatividad, la fuerza de la narración de la historia, el impacto visual y expectativas generadas entre los cientos que se presentaron. El objetivo del concurso era reflejar en un video que no superara los dos minutos algún aspecto de la vida en cada uno de los cinco continentes.

La cadena británica ha trasmitido todos los cortos el pasado domingo. Entre los finalistas se encuentran cortos de varios países latinoamericanos, con temas como vivir en la calle en EE.UU., sufrir constantes cortes de luz en Venezuela o la odisea de aparcar en México DF. Algunos de estos vídeos se pueden ver en la web de la BBC.

04/04/2010 13:38 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.

El obeso de Judas

Cada vez comemos más: El cuadro “La Última Cena” nos delata

Cesare da Sesto - Ultima Cena (copia)

El tamaño de las raciones de comida ha aumentado un 69% desde el siglo VIII al XX. Para llegar a esta conclusión, Brian Wansink, director del laboratorio de comida en la Universidad de Cornell (EE.UU.), ha utilizado un original método. Su equipo ha comparado mediante un sistema informático los tamaños de las raciones de los 52 principales cuadros con la escena bíblica de “La Última Cena” en dicho periodo de tiempo.

Los investigadores, que publican su trabajo en el International Journal of Obesity, explican que el descubrimiento demuestra que la tendencia actual de comer mayores porciones en platos más grandes, un hábito asociado al incremento de la obesidad,se ha desarrollado de forma gradual a lo largo de este último milenio.
El equipo de Wansink ha observado que el tamaño de los platos ha aumentado un 66% y el tamaño del pan un 22%. Según este científico, autor del libro “Mindless Eating: Why We Eat More Than We Think” (Comer inconscientemente: Por qué comemos más de lo que pensamos), el arte imita la vida, y estos cambios se han reflejado a lo largo de este famoso cuadro.

04/04/2010 13:36 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.

La memoria del hombre

La memoria del hombre
Los hombres se reproducen logrando perpetuarse de algún modo en sus propios hijos. No todos tienen hijos, pero todos tenemos padres, de los cuales hemos heredado unos genes, un apellido, tal vez unas hectáreas de olivar, y un largo pasado. En la memoria de cada uno de nosotros, en el subsuelo, por debajo del inconsciente personal, late un inconsciente colectivo donde hay huellas pertenecientes a los albores de la historia. Los recuerdos del individuo se sustentan sobre los recuerdos de la humanidad. Porque la vida es acumulativa. Vivimos en la azotea de un edificio cuyo primer piso es de estilo gótico, construido sobre una planta baja románica, la cual fue trazada aprovechando unos cimientos ibéricos. Estos cimientos se apoyan sobre la roca donde un día vinieron a guarecerse, tras ser expulsados de alguna parte, Adán y Eva.

Pero hay algo más. Desde esa cueva que sirvió de asilo a nuestros primeros padres podríamos descender, a través de unos corredores que sólo a primera vista parecen intransitables, hasta aquella madriguera donde se cobijaron otras criaturas más antiguas que el hombre. La memoria de la especie humana se remonta a un pasado inmemorial. En lo más hondo de nuestro corazón resuena el eco de un lejano clamor, el rumor amortiguado del sufrimiento animal, del placer animal, del miedo animal. Debajo de la memoria humana hay una memoria insondable que acaba en el engrama o memoria matriz, común a toda materia orgánica. La historia del hombre es una rama de la historia animal, y ésta es una rama de la historia del planeta. No sólo la geografía remite a la astronomía, también el psicoanálisis.

Todo esto explica muchas cosas. Por ejemplo, el hecho de haya personas que no osen subirse a un avión. Sienten hacia el avión una especie de miedo atávico. Saben perfectamente que el avión es el medio de locomoción más seguro; las estadísticas lo han demostrado de sobra y alguna compañía aérea supo expresarlo en un texto publicitario muy elocuente: “Todavía no podemos ofrecer a nuestros viajeros la seguridad absoluta porque todavía hay que ir al aeropuerto en coche”. ¿Entonces? Obsérvese que hablo de miedo atávico; los atavismos no se curan con razonamientos. Ocurre sencillamente que todos tenemos los ancestros animales muy activos dentro de nosotros. Descendemos, por vía directa, de especies biológicas habituadas a vivir en tierra firme. ¿Otra prueba? Cualquier ruido artificial interrumpe nuestro sueño, que jamás es turbado por la lluvia. Y es que aún no estamos bien adaptados para vivir fuera de la selva.
04/04/2010 13:30 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.

Copérnico y la Iglesia

Copérnico y la Iglesia
Nicolás Copérnico fue invitado reiteradamente por miembros de la jerarquía católica para dar a conocer sus cálculos. Pese a los recelos del autor de Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes, la Iglesia católica, de entrada, no veía con malos ojos cualquier reforma de la astronomía si conducía a un objetivo en el que su interés era grande: la reforma del calendario juliano (adoptado por la Iglesia en el Concilio de Nicea, año 325), la cual, se produjo en 1582 al sustituirse este calendario por el gregoriano (denominado así en honor del papa Gregorio XIII). El problema del calendario que tanto importaba a la Iglesia era el siguiente:

Se trataba de determinar la duración exacta del año trópico, es decir, el tiempo que transcurre entre dos pasos consecutivos del Sol por el mismo punto equinoccial (equinoccio de primavera y equinoccio de otoño), éste era un dato fundamental puesto que indicaba el inicio y el final de las estaciones. La primera dificultad radicaba en que no comprende un número entero de días. En el siglo I a. C. Julio César había decretado que un año (trópico) consta de 365 ¼ días, de modo que cada tres años de 365 días tenía que añadirse un cuarto bisiesto. Pero este cómputo iba acumulando un error debido al fenómeno conocido como precesión de los equinoccios, consistente en el lento retroceso de los puntos equinocciales y responsable de que el comienzo de las estaciones se anticipe ligeramente cada año (11 minutos y 4 segundos). Así, si el comienzo de la primavera estaba fijado para el 21 de marzo, resulta que en la época de Copérnico se había adelantado diez días. En contra de lo que indicaba el calendario juliano, el equinoccio de primavera tenía lugar entonces el 11 de marzo. Y, puesto que, a su vez, la fijación de la importante festividad de Pascua dependía de la correcta determinación del equinoccio de primavera (domingo siguiente al plenilunio posterior a dicho equinoccio), se comprende el interés de la Iglesia católica por el tema.

Según relata Copérnico en el prefacio de Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes, dedicado al papa Pablo III, la invitación de la Iglesia contenía implícita una tesis: bastaba con tomar toda referencia al movimiento de la Tierra y a la posición central del Sol como mera hipótesis matemática, sin pretender que se convirtiera en la descripción del modo en que realmente sucedían las cosas en la naturaleza. Con el tiempo, este planteamiento llegó a convertirse en una exigencia, tal y como queda de manifiesto en la amonestación privada a Galileo. Pero Copérnico siempre entendió la astronomía como un conjunto de proposiciones, no solamente útil para calcular los movimientos de los planetas, sino conforme a la disposición real de los cuerpos celestes. En este sentido, estaba convencido de que la teoría heliocéntrica que defendía era verdadera. Pese a esto, el Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes salió de la imprenta con un prefacio, sin firma, titulado “Al lector de las hipótesis de esta obra” en el que se afirmaba que “no es necesario que las hipótesis (astronómicas) sean verdaderas, ni siquiera verosímiles, sino que basta con que muestren un cálculo coincidente con las observaciones”. Este famoso prólogo fue escrito por el pastor luterano Andreas Osiander, amigo de Copérnico. Hoy sabemos, por el testimonio de Kepler, que el astrónomo polaco nunca suscribió esta tesis.

La obra de Copérnico, titulada en latín De revolutionibus orbium celestium, estuvo acabada en 1530, sin embargo, no apareció publicada hasta 1542 por temor a la polémica. Tras un derrame cerebral y con sus facultades mentales muy mermadas, Copérnico tuvo la primera copia de su manuscrito en las manos días antes de su muerte.

04/04/2010 13:25 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.

El amor nubla la mente

El amor nubla la mente

El amor es ciego, asegura el dicho. Ahora, la ciencia acaba de confirmarlo. Un grupo de científicos ha demostrado que los sentimientos amorosos provocan una supresión de la actividad en las áreas del cerebro que controlan el pensamiento crítico. Básicamente, una vez cerca de nuestra media naranja, el cerebro nos juega una mala -o quizá, buena- pasada y decide reducir nuestra capacidad de evaluar el carácter y la personalidad del objeto de nuestro afecto. Los investigadores de la University College London (UCL) demostraron que tanto el amor que llaman "romántico" como el maternal producen los mismos efectos en el cerebro, suprimiendo la actividad neuronal asociada con la evaluación crítica del prójimo y las emociones negativas. En todos los casos, el amor, en sus fases iniciales, deja a sus presas "flotando en las nubes".

Una antigua fábula cuenta que una lechuza que se estrenaba como madre le suplicó a un águila que no matase a sus crías. Compadecida por el abatimiento de la lechuza, el águila exclamó: "Dime cómo son sus hijos, así podré reconocerlos y no me los comeré". Ella respondió sin vacilar: "No puedes equivocarte, son los pollos más hermosos del bosque". El águila buscó a los polluelos más feos y los devoró. Eran los hijos de la lechuza. La obvia moraleja tiene ahora base científica, ya que el mismo estudio señala que la desgraciada lechuza -y muchas madres humanas- no engañaban, creían sinceramente en lo que decían. ¿Cómo se llegó a esta conclusión? Escanearon los cerebros de veinte madres jóvenes mientras ellas observaban fotos de sus hijos, otros niños conocidos y amigos adultos. En todos los casos, el patrón de funcionamiento de la actividad cerebral fue similar al de las personas hechizadas por el enamoramiento: eliminación casi total de la apreciación crítica de nuestros seres más amados.

Tanto el estudio de los enamorados como el de las madres registró un incremento de la actividad en el área del cerebro conocida como "sistema de recompensa". Cuando esas zonas son estimuladas (por ejemplo con comida, vino o un buen sueldo) producen sentimientos de euforia. Pero lo que más sorprendió a los investigadores es que ambos estudios mostraron una reducción de la actividad de los sistemas cerebrales necesarios para realizar juicios negativos. El mismo experimento, realizado con animales, llevó a resultados similares. El jefe del equipo de investigación, doctor Andreas Bartels, encontró una explicación sencilla para el fenómeno: es fundamental que tanto el amor romántico como el maternal sean vistos por el cerebro como algo extremadamente positivo. De otra manera, la especie dejaría de propagarse. "Nuestra investigación nos permite concluir que las relaciones humanas, para superar las distancias sociales, utilizan un mecanismo que desactiva las redes de evaluación social crítica y emociones negativas, al tiempo que une a los individuos involucrándolos en un circuito de recompensa que explica el poder del amor para motivarnos y gratificarnos", explicó el doctor Bartels.

Pero sí existe una diferencia entre el amor maternal y el romántico. Sólo éste último eleva la actividad del hipotálamo, que controla las sensaciones de excitación sexual. Las consecuencias del amor no terminan ahí. Un grupo de investigadores italianos, que estudió a doce mujeres y doce varones que se enamoraron en los seis meses anteriores, comprobó que los hombres disminuían sus niveles normales de testosterona... mientras que el de las mujeres aumentaba. "Los hombres, de alguna manera, se habían vuelto más parecidos a las mujeres, y las mujeres a los hombres", explicó la doctora Donatella Marazziti, investigadora de la Universidad de Pisa. Las conclusiones de Marazziti avalan las del equipo de UCL: "Es como si la naturaleza quisiera evitar aquello que puede crear diferencias entre hombres y mujeres, ya que es muy importante que la relación sobreviva en esta etapa".

Otra investigación italiana, publicada en 1999, sugirió que el amor disminuía un neurotransmisor llamado serotonina en el cerebro, dejándola en los mismos niveles que los de las personas que sufren de un desorden obsesivo compulsivo. Este descubrimiento explicaría por qué algunos enamorados suelen obsesionarse con su pareja.


Pero los efectos secundarios del amor no terminan aquí. El doctor John Marsden, director del Centro Nacional de Adicciones del Reino Unido, llegó a la conclusión de que la dopamina -la sustancia producida por el cerebro cuando está excitado- produce en el cuerpo los mismos efectos que la cocaína o las altas velocidades: El cerebro "se incendia" cuando una persona empieza a hablar con alguien que encuentra atractivo. El corazón triplica su ritmo normal y bombea más sangre a las mejillas y a los órganos sexuales, con los conocidos "hormigueos en el estómago" como resultado. Sin embargo, tal como sucede con la cocaína y la velocidad, el efecto del amor es sólo temporal, y dura como máximo entre tres y siete años. Entonces, el futuro de la relación depende de factores mucho más profundos que un conjunto de hormonas y de caprichos cerebrales.

Del blog: ataraxia
04/04/2010 13:21 Autor: matemolivares. Enlace permanente. Tema: NOTICIAS Y OTROS No hay comentarios. Comentar.


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